Un amante de Echesortu lleva sus ideas a los Consejos barriales del Distrito Centro

Roberto Trapé es administrador del grupo de facebook Pueblo Echesortu, sitio de encuentro virtual de casi cinco mil vecinos y vecinas; y desde 2019 integra el espacio de participación ciudadana.

“Cuando voy a representar al barrio, me la creo”, dice Roberto Trapé con el pudor de alguien al que se le escapa algo que sólo se cuenta en confianza pero, también, con el orgullo de un vecino al que se le infla el pecho cada vez que habla de su Echesortu. Trapé es arquitecto pero prefiere que lo reconozcan como un “historiador accidental”, alguien que por estar en un lugar determinado en el momento justo es valorado y seguido. Desde el año 2019 participa de los Consejos barriales del Distrito Centro, un espacio de encuentro entre vecinos, vecinas y el municipio para estar cerca (ahora de forma virtual) y conversar sobre temas vinculados a la ciudad, pero especialmente a cada barrio en particular.

 

Hace algunos años cayó en un grupo de casualidad: tras escribir un cuento sobre el transcurrir de su infancia por las calles de Echesortu, alguien lo compartió en un grupo de Facebook donde había “algo así como 100 personas”, recuerda. De inmediato, sin conocerlo y sólo con haber leído el relato, el fundador de ese espacio, el periodista Fabio Rodríguez, se contactó para ofrecerle ser administrador.

 

Trapé se pierde en el relato cuando cuenta sobre su barrio. Destaca que es 100% de Echesortu: nació, creció y aún vive allí. “El barrio era el alcance de lo permitido para andar en bici”, asegura, mientras parece pasear por su memoria y recordar las casas bajas, la gente sentada en la vereda, las cortadas y los picaditos de fútbol.

 

Terminó siendo historiador del barrio por haber estado todos los días “contestando preguntas sobre el mismo tema”. “Sin quererlo y sin haberlo buscado, terminé hablando de la historia de Echesortu y profundizando estudios que se habían comenzado”, manifiesta.

 

El grupo de Facebook Pueblo Echesortu funciona como un espacio en el que casi cinco mil vecinas y vecinos comparten anécdotas, información, imágenes, fachadas de edificios históricos y recortes de noticias relacionadas con el barrio. Mucho de lo que allí circula es aportado por los propios habitantes de la zona, mientras que otras cosas son recopiladas de libros, revistas o publicaciones web.

 

Trapé, a su vez, escribe cuentos y sube fotos que el mismo sacó. Confiesa que hasta le da “entre ternura y risa” cada vez que un vecino o vecina cree que alguno de los personajes de sus cuentos es real.

 

“Lo que pasó en el grupo de Facebook es que se empezó a dar algo cultural. Se comenzaron a compartir vivencias, y eso generó mucho. Después le fuimos dando un perfil propio a la página; no hay publicidad, no hay consignas políticas, ni denuncias. Está todo centrado en la parte cultural para tratar de rescatar ese pasado”, explica.

 

“Hoy hay mucho material perdido, hay mucha obra que está desapareciendo. Todo está mutando, todo se convierte en edificio. Entonces lo que tratamos de hacer en el grupo de Facebook es un rescate de esos pequeños lugares emblemáticos del barrio y las pequeñas historias de la gente, que es la que hace la página, y por ahí tratamos de revivir ese pasado», remarca.

 

«Nos acercan fotos de aquellos viejos amores de clubes, de cuando no había televisión. Intentamos hacer ese rescate pero también hablamos del barrio actual, de ahora. Hay fotos actuales, se habla de arquitectura, hay mucho intercambio. Y también es un lugar de encuentro de gente que por ahí no sabía que estaban dentro del barrio”, añade Trapé.

 

Asegura que uno “no ama lo que no conoce” y que él comenzó a amar profundamente el barrio a medida que lo iba conociendo. Pero tampoco se quería “encerrar sobre ese territorio y formar un gheto”, sino que quería entramar al barrio en la ciudad.

 

Su primer acercamiento a la Municipalidad fue a través del Centro Municipal Distrito Centro, “por accidente”, luego de ser invitado a participar de una muestra de cines antiguos que hizo Federico Dunger, del grupo Fotografías y Estampas del Rosario Antiguo.

 

Tras esa experiencia, comenzó a pensar diferentes acciones que se podían generar desde el propio barrio. En ese marco fue que –entre otras cosas- al poquito tiempo organizó la Muestra Itinerante de Echesortu, patrocinada por San Cristóbal, que fue todo un éxito.

 

En paralelo, comenzó a participar de los Consejos barriales que lleva adelante el municipio -ahora de forma virtual a través de la plataforma zoom – adonde llevó varias ideas.

 

“Voy con una carpetita a pedir la luna”, confiesa. Uno de sus anhelos es que las y los vecinos recuperen y sientan como propios los espacios públicos. “Mi idea es que se puedan hacer más eventos recreativos, sociales, comerciales, musicales y, también, recorridos turísticos”, relata.

 

Trapé también asegura que tal y como “Rosario vivió décadas a espaldas del río» y pudo revertir eso, «hoy tiene que recuperar su historia”. Se refiere a la memoria que está en los barrios y en su gente, y propone: “Armemos un gran rompecabezas con la memoria colectiva de la gente”.