El Concejo rechazó el uso de pulseras azules para personas con autismo

El interbloque de Juntos por el Cambio impulsó la negativa al proyecto aprobado por la Cámara de Senadores.

La concejala del interbloque de Juntos por el Cambio, Daniela León, presentó un proyecto de rechazo al proyecto de Ley aprobado el pasado 22 de octubre por la Cámara de Senadores de Santa Fe en el que se dispone el uso de una pulsera azul con la leyenda “soy autista, llamar 911” para identificar a personas con Trastorno de Espectro Autista. La iniciativa de la edila fue acompañada por mayoría reglamentaria en la última sesión y el Concejo Municipal rechazó la reciente Ley.

 

“Colocar pulseras identificatorias a personas con autismo o cualquier otra discapacidad significa etiquetarlas, estigmatizadas y, por lo tanto, discriminarlas, incumpliendo con el rol del Estado que debe ser proveer las herramientas necesarias para que todas las personas puedan tener un desarrollo de su autonomía personal” afirmó Daniela León.

 

En ese mismo sentido, la edila aclaró que “muchas organizaciones no gubernamentales e instituciones relacionadas a personas con discapacidad, se manifestaron totalmente en contra de esta iniciativa por encontrarse en el viejo paradigma médico-rehabilitador de la discapacidad y por su carácter discriminador”.

 

Por otra parte, León indicó que el rechazo fue aprobado por mayoría reglamentaria del Concejo Municipal de Rosario y obtuvo sólo tres votos en contra de los concejales López Molina, Blanco y Megna. “Resulta inadmisible que un cuerpo legislativo como la Cámara de Senadores y algunos concejales de esta ciudad, desconozcan que las personas con discapacidad son titulares de derechos”.

 

Para finalizar Daniela León argumentó que“la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad promueve el acompañamiento a cada niño, niña y adolescente a que descubras su forma de estar en la sociedad y construyendo herramientas para que eso ocurra” y agregó: “usar una pulsera como etiqueta opaca las posibilidades de construir una convivencia inclusiva, convirtiéndose en una marca discriminatoria y estigmatizante”.