Es el tercer tramo por los delitos cometidos en la Brigada de Investigaciones de la Policía de Chaco. Fueron condenados ex policías, militares y penitenciarios. También fue condenado en esa provincia el ex comisario Alfredo Chas en el juicio que revisó su absolución en la causa Margarita Belén, de 2011.
El Tribunal Oral Federal de Resistencia condenó este viernes a 8 expolicías, militares y penitenciarios por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1974 y 1983 en la causa conocida como Caballero III.
Los represores recibieron penas que fueron entre 3 años y 6 meses de prisión hasta 25 años
por delitos que tuvieron como víctimas a 33 personas. Se los condenó por violaciones de domicilio, tormentos, privaciones ilegales de la libertad, desapariciones forzadas y abusos sexuales cometidos en la Brigada de Investigaciones de la Policía de Chaco, la Alcaidía Policial y la Cárcel Federal U7.
El comisario general José Rodríguez Valiente y el suboficial mayor Gabino Manader recibieron penas de 25 años de prisión por privaciones ilegales de libertad, tormentos y ambos fueron responsabilizados por una violación agravada ocurrida en la Brigada de Investigaciones.
El único de los imputados que no tenía condenas previas, el ex oficial de la Alcaidía Policial Francisco Álvarez, recibió la pena de 14 años de prisión por tormentos agravados.
Luis Alberto Pateta, exoficial de Inteligencia del Ejército, fue condenado a 11 años y 6 meses; el ex oficial de Inteligencia del Ejército Tadeo Betolli a 7 años y 6 meses y el ex suboficial de la policía Jorge Ibarra recibió 6 años. Pablo Casco, jefe de Guardia de la Cárcel Federal U7, recibió 3 años y 9 meses y el exsargento de la policía José Marín fue condenado a 3 años y 6 meses de prisión.
Los fundamentos de la sentencia se conocerán el 19 de mayo.
El debate
El juicio oral comenzó el 12 de abril y en 7 audiencias de jornada completa se pudo llegar al veredicto en menos de tres semanas. El tribunal estuvo integrado por los jueces de Formosa, Rubén David Oscar Quiñones, y Santa Fe, Luciano Homero Lauría y José María Escobar Cuello.
A través de una treintena de testimonios que se realizaron tanto de manera presencial como virtual, se reconstruyó el funcionamiento del Centro Clandestino de Detención, así como las privaciones ilegales de la libertad y los tormentos que sufrieron las 33 víctimas. Nuevamente se visibilizó la violencia sexual como parte de los vejámenes que sufrían las personas privadas de su libertad, hechos por los que resultaron condenados Manader y Rodríguez Valiente.
Se trató además las desapariciones forzadas en este centro clandestino de detención de cuatro militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que fueron secuestrados entre mediados y fines de 1977 y vistos por última vez en la Brigada de Investigaciones: Enzo Lauroni, Mónica Almirón, José Oviedo y Abel Arce. Por esos hechos estaban acusados Marín, Ibarra, Manader y Rodríguez Valiente pero resultaron absueltos.
Este es el tercer debate que se realiza por los delitos que tuvieron como eje el Centro Clandestino de Detención de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Chaco. En la primera parte, en el año 2010, fue condenado Lucio Humberto Caballero, comisario y segundo jefe de la Brigada, junto a otros 9 expolicías y 2 exmilitares. En Caballero II, en 2018, fueron condenados 11 expolicías y militares en un juicio que reconoció por primera vez en la región la comisión de delitos sexuales.
Revisión de Margarita Belén
El Tribunal Oral Federal de Resistencia, con otra integración, condenó este viernes al ex comisario de la Policía de Chaco, Alfredo Luis Chas a 15 años de prisión como partícipe secundario de 11 homicidios y 4 desapariciones forzadas en diciembre de 1976. Se trata de la revisión de la sentencia que en 2011 condenó a 9 ex integrantes del Ejército por la Masacre de Margarita Belén y absolvió a Chas. El veredicto fue apelado y en 2016 la Cámara de Casación Penal confirmó las condenas y ordenó que se revisara la absolución y que se emitiera una nueva sentencia.
Chas era subjefe de policía en la Unidad de Tránsito. Viajaba a bordo de la patrulla que encabezaba la columna de vehículos que transportaba a un grupo de presos políticos desde la alcaidía policial de Resistencia hasta Margarita Belén. Allí, la patrulla cortó el tránsito de la ruta para bloquear el acceso con el objetivo de que nadie pasara por el lugar durante la Masacre.