El Secretario de Seguridad de la Nación describió el trabajo para desarticular a un grupo criminal dedicado al narcotráfico y al sicariato en Rosario.
El Secretario de Seguridad, Eduardo Villalba, junto con la Subsecretaria de Investigación Criminal y Cooperación Judicial, Valentina Novick; el Jefe de la Policía Federal Argentina, Juan Carlos Hernández, y la Superintendenta de Drogas Peligrosas de la PFA, Inés Cecilia Martínez, brindaron este lunes una conferencia de prensa en Rosario en la que describieron y analizaron el trabajo realizado por la Fuerza dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación y por el Poder Judicial federal y provincial para la detección del modus operandi, desarticulación y detención de los integrantes de una peligrosa organización criminal dedicada al narcotráfico y al sicariato.
Eduardo Villalba sostuvo que “este operativo para nosotros significó un modelo de investigación y de trabajo contra las organizaciones criminales”, tras lo que explicó: “un trabajo que articula de manera conjunta y profesional las pesquisas criminales y las políticas de seguridad que se necesitan para este tipo de investigaciones, del cual deben formar parte todos los actores. El trabajo que promueve Sabina Frederic, y que lleva a cabo de manera integral en Rosario, colabora con la seguridad ciudadana en materia presencial y, a la vez, tiene algo que muchas veces no se ve y que requiere mucho esfuerzo, profesionalismo y voluntad de trabajo, algo que buscamos y pretendemos para sostener el compromiso de este ministerio con toda la población: seguir trabajando e investigando para enfrentar a las organizaciones criminales en todos sus estamentos”.
El operativo de la Policía Federal Argentina, junto con el del Poder Judicial federal y provincial, se sostuvo en una importante investigación que culminó con la desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico de estupefacientes y al sicariato con centro en la ciudad de Rosario. Como resultado de ese trabajo conjunto fueron detenidas siete personas, las cuales constituían un importante grupo, cuyos lazos llegan hasta las principales bandas criminales que operan en y desde Rosario.
La subsecretaria Novick explicó: “este es el modelo de intervención en investigación criminal que estamos llevando adelante desde los lineamientos impartidos por nuestra ministra. Abordar la investigación sobre la organización criminal y no sólo sobre el delito implica articular y hacer jugar armoniosamente a todos los actores del sistema”.
El procedimiento, subrayó Villalba, posee particularidades institucionales específicas, pues realza el funcionamiento de la Unidad Ministerial Rosario (UMR), instancia que Frederic promovió en 2020 para extremar el trabajo de la cartera de Seguridad de la Nación contra organizaciones relacionadas con el narcotráfico en Santa Fe y fortalecer un trabajo eficaz entre la justicia y las Fuerzas Federales.
Como demostración de los vínculos detectados entre el tráfico de drogas ilegales y el encargo de asesinatos, la Superintendenta de Drogas Peligrosas de la PFA, Inés Cecilia Martínez, describió: “Investigando una organización criminal durante febrero de este año se desprendió un brazo de la causa en la que se detectó una banda criminal con características muy específicas de distribución y narcotráfico. De la causa madre, entonces, se continuó en la investigación y se llegó al dato de que existían órdenes provenientes desde el Penal N° 3 de Rosario, donde alguien, además de manejar la venta y la distribución de los estupefacientes, se hacía cargo de organizar asesinatos bajo la modalidad de sicariato”. Finalmente, y como síntesis del trabajo de la PFA, el Jefe de dicha Fuerza explicó: “Fue un trabajo exitoso de nuestro personal afincado en esta ciudad, personal al cual venimos reforzando permanentemente en su dotación de efectivos y medios. Sabemos que su compromiso permite estos resultados”.
El caso en detalle
La intervención de los efectivos de PFA tuvo su inicio el 23 de febrero de este año a partir de una investigación judicial por narcotráfico y puntos de venta de drogas impulsada por la Dra. Saccone, titular de la Fiscalía Federal Nro. 3 de Rosario. Su trabajo posibilitó detectar maniobras delictivas similares al modus operandi de una organización criminal que se dedicaba al tráfico de estupefacientes entre Rosario y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que ya había sido descubierta y desbaratada. La investigación policial y judicial sobre esos puntos de venta condujo la pesquisa hasta la Unidad Penitenciaria 3 del Servicio Penitenciario de Rosario (SPR), lugar desde donde se administraban los delitos de este grupo. Llegados hasta la Unidad Penitenciaria rosarina, las y los investigadores de la PFA detectaron que desde ese mismo lugar se estaba planificando y ordenando cometer un nuevo homicidio, el cual logró ser impedido por la Fuerza Federal.
Ante esas circunstancias, la Fiscalía Federal dio intervención a la Agencia Fiscal de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos a cargo de Luis Schiappa Pietra y de los fiscales Matias Edery, David Carizza, la cual impulsó la pesquisa sobre dicho intento de homicidio y la presumible relación con asesinatos anteriores. Ello derivó en dos investigaciones paralelas y articuladas: una se concentró en el narcotráfico (delito federal); la otra en los homicidios (delito ordinario).
A partir de allí, el trabajo de investigación del Ministerio Público de la Acusación de Rosario, ambas Fiscalías y la PFA, confluyeron en el mismo punto: una organización dedicada al narcotráfico que ordenaba la comisión de homicidios, lo que dejó en evidencia la vinculación entre sicariato y narcotráfico. De ahí en adelante la Fiscalía Federal, la Provincial y el personal perteneciente a la División Antidrogas Rosario de la PFA descubrieron la identidad de quienes conformaban esta banda criminal y las funciones que cumplían cada uno de sus integrantes. Entre esas personas, además, identificaron a quien abastecía al coordinador de la distribución final de la droga comercializada: un individuo que se encuentra preso y que, precisamente, era quien había ordenado asesinar a uno de los líderes del conocido “Clan Alvarado”, así como a otras personas.
De este modo, descubierta la identidad de quien ocupaba el eslabón superior de esta organización criminal, se pudo establecer que se trataba de una persona presa que operaba desde la unidad carcelaria Nº 3 de Rosario, quien se jactaba de que los estupefacientes eran propiedad de la banda criminal conocida como “Los Monos”, organización dedicada, entre otros delitos, al narcotráfico, y uno de cuyos líderes (mencionado como el proveedor de las drogas) se encuentra alojado en el Penal Federal de Marcos Paz. Gracias a las investigaciones llevadas a cabo de manera articulada entre las instituciones intervinientes, fue posible develar el contacto entre presos alojados en el Servicio Penitenciario Federal de Marcos Paz (provincia de Buenos Aires) y en el Servicio Penitenciario de Rosario, provincia de Santa Fe.
A su vez, las tareas investigativas, gracias a las cuales se había neutralizado el intento de asesinato ordenado por el líder de la organización criminal alojado en el SPR, las y los efectivos (que, como se mencionó, habían establecido los diversos puntos de distribución de drogas e identificado al eslabón superior de la organización) llegaron a un nexo crucial de la pesquisa: la banda criminal se dedicaba tanto a los negocios vinculados con el narcotráfico, así como también a la coordinación de homicidios con tintes sicarios. De este modo, la investigación logró establecer el vínculo directo entre narcotráfico y la planificación y consumación de homicidios, uno de los cuales tuvo una importante repercusión mediática.
Siguiendo el trabajo coordinado entre ambas fiscalías, la División Antidrogas de la PFA avanzó con la investigación del narcotráfico mientras que, en paralelo, la pesquisa sobre las prácticas sicarias quedó en manos de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación de Rosario.
Al ser identificado el autor material del mediatizado homicidio, la PFA procedió a la detención de un hombre de 28 años de edad, implicado en aquel asesinato. Posteriormente, y por orden de las autoridades judiciales intervinientes (el Juzgado Federal nro. 3 a cargo del Dr. Vera Barros, así como el de la provincia de Santa Fe), la Policía Federal Argentina junto con el Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe realizaron 10 allanamientos sobre domicilios ubicados en Rosario y uno en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz. El operativo permitió la detención de otras seis personas involucradas en esta cadena delictiva. Junto con las aprehensiones, se secuestró marihuana, motocicletas, 19 teléfonos celulares, cartuchos de bala de diversos calibres y otros elementos de interés para la causa judicial.
De esta manera, las políticas de la actual gestión del Ministerio de Seguridad de la Nación para la profesionalización de las investigaciones criminales desarrolladas por las cuatro Fuerzas Federales, el impulso de la Fiscalía Nº 3, del Juzgado Federal Nº 3 con asiento en Rosario y el Poder Judicial santafesino, así como su articulación de la UMR para el trabajo territorial de las Fuerzas de Seguridad en Santa Fe para responder a las indicaciones del Poder Judicial lograron el desbaratamiento de una importante organización criminal dedicada al sicariato y al narcotráfico que involucran a las principales bandas que operan en Rosario y fuera de dicha ciudad.