La hipótesis de los investigadores se basa en que el objetivo principal del hecho era liberar a uno de los internos, Claudio «El Morocho» Mansilla, un conocido narcotraficante del barrio Santa Lucía.
Dos de los ocho presos que se fugaron de la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero de Santa Fe fueron recapturados, mientras los investigadores creen que el ataque a la cárcel fue “previamente planificado” por una banda con “gran poder de fuego” y que la principal hipótesis apunta a que el objetivo principal del golpe era liberar a Claudio Javier Mansilla (38), alias “El Morocho”, uno de los prófugos.
“Lo que ha ocurrido es un evento importante y de gran envergadura, sobre todo por la logística y la organización previa”, señaló el fiscal a cargo de la investigación, Franco Carbone, quien también remarcó que “no hay registros de videos” de la maniobra de escape, ya que al momento del hecho tres de las cuatro cámaras ubicadas dentro de la cárcel estaban sin funcionar. Telam
En una conferencia de prensa realizada en Rosario, el fiscal vinculó el ataque a la cárcel de Piñero y la fuga de los presos a una serie de tiroteos que se registraron en la zona el viernes pasado y a distintos accidentes viales que se registraron en la autopista 012 y el cruce con la ruta 14 por «Miguelitos» que fueron arrojados en la cinta asfáltica.
El hecho
El episodio ocurrió a las 17.20 en la Cárcel de Piñero, ubicada a unos 30 kilómetros de Rosario, cuando la unidad penitenciaria recibió un ataque desde el exterior, en el cual habrían participado tres hombres que estaban a bordo de un vehículo y contaban con subfusiles automáticos FMK3, pistolas calibre 9 milímetros y 11.25 milímetros, con las que se enfrentaron a tiros con el personal penitenciario mientras cortaban los dos tejidos del vallado.
Como consecuencia del tiroteo, murió uno de los tres atacantes que llegaron desde el exterior, mientras que un interno resultó herido.
Según el fiscal, al momento de lo sucedido, 15 internos se encontraban en el patio de la prisión, donde ocho de ellos se dieron a la fuga, de los cuales seis permanecen prófugos.
«Fue en escasos minutos. Lamentablemente no contamos con registros de vídeo de cámaras de videovigilancia. En realidad, en lo que es el perímetro exterior no hay cámaras que puedan otorgar los registros fílmicos de ellos», explicó el fiscal.
Sin embargo, los movimientos de los presos dentro del penal antes de la fuga sí quedaron registrado por una cámara de seguridad.
«Lo que hicieron en un recorrido de aproximadamente 200 metros dentro de este campo que separa el extra muro del interior de la cárcel quedó filmado por una cámara. En realidad hay cuatro cámaras de las cuales tres no funcionaban al momento de la evasión. Algunas cámaras no funcionaban aparentemente hace varios años», explicó.
Las hipótesis
Los investigadores creen que el objetivo principal del hecho era liberar a uno de los internos, Claudio «El Morocho» Mansilla, un conocido narco del barrio Santa Lucía de Rosario que estaba siendo juzgado por el homicidio de dos adolescentes ocurrido en 2018 en Villa Banana y por el que la fiscalía pidió 25 años de cárcel.
Su primer, ingreso a una penitenciaría fue en el 2002, en 2008 no regresó de una salida transitoria, en 2009 fue capturado y, tras pasar por diversas unidades, fue alojado en Piñero en 2013.
En una conferencia de prensa realizada en Santa Fe, el ministro de Gobierno, Roberto Sukerman, también confirmó esa hipótesis y aseguró que el ahora prófugo «Morocho» Mansilla había sido trasladado a la cárcel de Coronda tras encabezar el año pasado un motín en Piñero, pero su defensa logró que la Justicia lo restituya al lugar de reclusión del que ayer escapó junto a otros siete internos.
Los prófugos
Además de Mansilla, también se fugaron Alejandro Antonio Schmittlein (40), Exequiel Rodolfo Romero (20), Martín Alejandro Cartelli (48) Alejandro Andrés Candia (35) y Daniel David Piscione (31), quienes siguen siendo buscados en distintos operativos que se realizan en la región.
Según las fuentes, Candia es un preso condenado por robo y fue uno de los protagonistas de una fuga de un minibús del Servicio Penitenciario en la autopista Rosario-Santa Fe el 8 de mayo de 2019.
En tanto, Romero estaba en prisión imputado de homicidio e ingresó al penal de Piñero en mayo de 2020; Piscione está acusado de robo con uso de arma blanca y arma de fuego y tuvo varios ingresos a distintas prisiones; Schmittlein ingresó al sistema penitenciario en 2006 acusado de portación ilegal de arma de guerra, homicidio doblemente calificado y robo calificado; y Cartelli purgaba una condena de 13 años por robo calificado y secuestro.
Sergio Martín Cañete (35) y Joel Isaías Rojas (25) también habían escapado de la Cárcel de Piñero pero fueron recapturados por las fuerzas de seguridad en un operativo realizado sobre la ruta 14 y el barrio Cabín 9, a 12 kilómetros al oeste de Rosario, luego de ser detectados dentro del baúl de un auto Honda Civic.
En tanto Schmittlein, quien había ingresado al sistema penitenciario en 2006 acusado de portación ilegal de arma de guerra, homicidio doblemente calificado y robo calificado, fue detenido nuevamente esta tarde cuando viajaba en una camioneta Volskwagen Amarok por un camino rural, entre los pueblos santafesinos de Cármen y Murphy.
Por otro lado, durante una conferencia de prensa, la fiscal regional de Rosario, María Eugenia Irribarren, desligó de responsabilidades de la fuga al Poder Judicial, al señalar que “cuando una persona tiene que ingresar a una cárcel, a partir de ese momento la responsabilidad es absoluta es del Poder Ejecutivo y del Servicio Penitenciario”.
Por otra parte, el ministro Sukerman anunció la construcción de un muro alrededor de la Unidad Penal de Piñero y consideró que el ataque y la fuga de los presos «tiene que ver con una escalada de violencia y crimen» que se produce «desde hace muchos años» en la provincia.
«Estamos trabajando no solamente en este evento (la fuga de ayer) sino que venimos trabajando, porque tenemos en claro que este tipo de situaciones no son un hecho aislado ni una situación interna del Servicio Penitenciario. Tiene que ver con una escalada de violencia y de crimen que se viene dando en Santa Fe desde hace muchos años», dijo Sukerman.