Desde Washington afirmaron que “por ahora” no está considerando la posibilidad de comprar petróleo a Venezuela para reemplazar el que importaba de Rusia, pese a las expectativas que se alentaron en ese sentido tras una reciente reunión entre autoridades de ambos países americanos.
La vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki dijo este lunes por la tarde en su conferencia de prensa diaria “No es algo sobre lo que estemos conversando de forma activa por ahora”, dijo esta tarde la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
La funcionaria respondió de ese modo a una pregunta acerca de si el gobierno estadounidense pensaba rebajar las sanciones a Venezuela para poder importar petróleo de ese país.
El 5 de este mes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió en Caracas a tres altos funcionarios de Estados Unidos, en el primer contacto entre autoridades de ambos países en más de tres años.
“El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración (del presidente Joe Biden) fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética”, reconoció Psaki el lunes pasado.
“Fue una reunión muy diplomática y estuvimos casi dos horas hablando” en un ambiente “respetuoso” y “cordial”, relató simultáneamente Maduro.
Voceros de ambos gobiernos dijeron entonces que se analizaba la posibilidad de que Estados Unidos reemplazara con petróleo venezolano el crudo que dejaba de comprarle a Rusia al suspender esas importaciones como represalia a la invasión a Ucrania.
El martes pasado, Venezuela liberó y permitió el regreso a Estados Unidos de dos de los 10 ciudadanos estadounidenses que tenía presos, uno de ellos condenado por la justicia local y el otro aún sin juzgar.
Esa decisión fue interpretada por analistas de los dos países como un gesto de buena voluntad para la recomposición de la relación bilateral, rota desde 2019, cuando Washington desconoció el mandato que Maduro inició en enero de ese año por considerar que surgió de elecciones irregulares.
Estados Unidos dejó entonces de comprar petróleo a Venezuela -lo suplió por crudo ruso- e intensificó sanciones que dificultaron al país caribeño operar normalmente en los mercados internacionales de bienes y divisas.