Con 56 positivos, 13 negativos y 3 abstenciones, el cuerpo convirtió en ley el programa de facilidades extendidas para refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El proyecto que llegó al Senado con media sanción de la Cámara de Diputados fue debatido por los senadores durante 9 horas en las que más de 40 de los 72 miembros del cuerpo hicieron uso de la palabra.
Los trece votos en contra fueron de los siguientes senadores: por San Luis, María Eugenia Catalfamo, por Buenos Aires, Juliana Di Tulio, por Río Negro, Martín Doñate, por Tierra del Fuego, María Eugenia Duré, por Salta, Nora Giménez, por Santa Cruz Ana María Ianni, por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, por Neuquén, Oscar Parrilli, por Chaco, María Inés Pilatti Vergara, por CABA, Mariano Recalde, por San Luis Adolfo Rodríguez Saá, por Tierra del Fuego Matías Rodríguez y, por Jujuy, Guillermo Snopek; todos ellos del Frente de Todos.
Se abstuvieron la senadoras Silvia Sapag (Frente de Todos) y Lucila Crexell (Bloque Movimiento Neuquino), ambas de Neuquén, y Silvina García Larraburu (Río Negro), del Frente de Todos.
A la hora de los cierres, el titular del bloque oficialista José Mayans (Formosa) expuso sobre los datos económicos registrados durante la gestión del gobierno anterior, declaraciones realizadas por ex funcionarios del área de Economía y exhortó a la oposición a «decir mirá lo que hicimos» durante la administración de Mauricio Macri.
Mayans reiteró que en la Argentina «se confrontan dos modelos», destacó los dichos del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien «dijo claramente que estamos acá porque esta deuda la hicimos nosotros (Juntos por el Cambio). Sin duda hizo un aporte».
«Este país merece que le vaya bien», deseó Mayans antes de admitir que en la Argentina «hubo mala praxis, que son 366 mil palos (millones) de dólares más las Lelics», que es la deuda total del país.
A Mayans lo precedió el presidente del interbloque opositor Juntos por el Cambio Alfredo Cornejo (Mendoza) quien manifestó que «la oposición está unida detrás de este proyecto» porque consideran que «estamos contribuyendo con el país».
Tras asegurar la oposición actuó en este tema «con unidad monolítica en transformar el proyecto original en un artículo que apruebe sólo la autorización de refinanciación y el nuevo crédito que está tomando el gobierno con el Fondo, no un plan económico».
Cornejo puso de relieve el discurso que formuló Maurice Closs (Misiones-Frente de Todos) en el que «explicó el contexto de deuda y cómo se generó. No tuvo que recurrir al relato de fugas o mentiras para decir por qué había que votar a favor del acuerdo».
«Si podemos tener entendimiento, lograr puntos en común, por qué no nos esforzamos por avanzar más», señaló Cornejo antes de advertir que «el daño que hace el relato y cambiar los hechos en cómo se los explica, no nos permite salir adelante».
El ex gobernador de Mendoza dijo que «alcanzar consensos es la primera obligación de Alberto Fernández y no la riña, el relato y la mentira» y acusó al gobierno de seguir «faltando a la verdad, mintiendo».
Finalmente alertó que «el gobierno tiene que ejecutar un plan económico que cambie el rumbo de estos dos años» por entender que «de no cambiar el rumbo no se va a detener la inflación, no habrá condiciones para inversiones, no vamos a crecer, vamos a tener problemas de precios y de alta inflación, y probablemente problemas de desabastecimiento. También pueden generar corridas cambiarias y a la Argentina le puede ir peor de lo que le está yendo».
Minutos después de las 14 horas, presidida por la presidenta del Senado Cristina Fernández de Kirchner, se inició la sesión especial convocada para aprobar el acta-acuerdo con el FMI para renegociar la deuda con el organismo.
Iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo Nacional. El tratamiento del proyecto comenzó luego de que, por unanimidad, el cuerpo aprobara un proyecto de Declaración en homenaje a las víctimas del atentado contra la Embajada de Israel. Hecho del que se cumplieron 30 años.
En su condición de presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el senador por La Rioja, Ricardo Guerra (Frente de Todos), fue el miembro informante. Dijo que el acuerdo para refinanciar deudas con el FMI comprendía «dos documentos y tres capítulos».
Guerra señaló que este mes se deberán abonar 9.760 millones de dólares a la entidad crediticia internacional y luego habrá desembolsos trimestrales hasta totalizar los 44.500 millones del entendimiento con el FMI.
Afirmó que «estamos frente a una difícil situación» porque se debió recurrir «a buscar un acuerdo con un organismo multilateral con el que tenemos malas experiencias».
«Que estemos tratando la refinanciación de una deuda pública es inédito y significa que nunca más se endeudará a nuestro país sin que se trate en el parlamento», concluyó Guerra.
Posteriormente hizo uso de la palabra el senador por Chaco, Víctor Zimmermann (Juntos por el Cambio). Resaltó «la enorme responsabilidad que la oposición ha demostrado en Diputados para evitar un colapso» y recordó que «el proyecto en tratamiento difiere sustancialmente del enviado por el Poder Ejecutivo».
Zimmermann aclaró que «esto no es una refinanciación» ya que «estamos aprobando un artículo de un nuevo préstamo para cumplir con los vencimientos de este año y evitar de esta forma el default»
«Es default si o default no. Entrar en default sería no tener créditos internacionales, significaría un aumento del déficit, con más inflación, más pobreza y marginalidad. Es autorizar un nuevo préstamo por 44.500 millones de dólares para financiar 44.000 millones y tener 4.500 millones en libre disponibilidad», indicó el legislador chaqueño.
De inmediato, Martín Lousteau (CABA-Juntos por el Cambio) enfatizó que de no aprobarse el acuerdo con el FMI el lunes 21 se entraría en default porque ese día «vence un pago de 2.800 y nos dijeron que no están las reservas» para cumplir ese compromiso.
Dijo que «de no habilitar el entendimiento con el FMI nadie nos prestaría dinero, aumentaría el dólar, la inflación y la pobreza súbitamente». Subrayó que «lo que se busca es evitar sufrimientos aún mayores al pueblo argentino».
Tras la exposición de otros ocho senadores favorables al entendimiento, la senadora por San Luis, María Eugenia Catalfamo (San Luis-Frente de Todos) se convirtió en la primera legisladora en pronunciarse en contra del acuerdo respaldando la posición adoptada en este tema por el gobernador de su provincia, Alberto Rodríguez Saá.
También adelantaron sus votos negativos las senadoras Nora del Valle Giménez (Salta-Frente de Todos) y María Inés Pilatti Vergara (Río Negro-Frente de Todos).
Más adelante la senadora por Neuquén Silvia Sapag (Frente de Todos) cerró su alocución adelantando su abstención al momento de la votación del proyecto «por razones familiares, personales». La misma decisión adelantó luego la otra senadora por Neuquén Lucila Crexell (Juntos por el Cambio).
El debate se llevó adelante con tranquilidad durante toda la sesión dado que los senadores se explayaron sin interrupciones y respetaron el tiempo establecido para sus alocuciones.