Emprendimientos con mirada sustentable y ecológica ganaron la competencia de Planes de Negocios

Zapatillas con ecodiseño, un mercado libre de plástico y un desarrollo científico para alimentación de ganado, son los tres proyectos que apuestan a una forma diferente de producir.

El municipio junto a organizaciones, universidades y el gobierno de Santa Fe, llevan adelante anualmente la competencia de Planes de Negocios, que surge de la necesidad de apoyar y capacitar al sector emprendedor para transformar sus ideas en proyectos sostenibles. Consiste en un proceso de capacitación e intercambios que culmina en la confección o perfeccionamiento de un plan de negocios y una exposición final ante un jurado de evaluadores expertos.

Este año los ganadores y ganadoras fueron en el primer puesto, Candela Fruci con Wave Riders; en segundo lugar, María Rosa Aguirre y su equipo con Byta Mercado Libre de Plástico Rosario y el tercer puesto para Fernán Gizzi, Alan Blanc, Gonzalo Martínes Peralta y Alexandra Acosta con Reductane.

Wave Riders: zapatillas hechas con ecodiseño

Candela tiene 20 años y estudia Administración de Empresas, hace zapatillas sostenibles y su emprendimiento se llama Wave Riders. «El ecodiseño es una forma de diseñar más consciente, que está alineada con los objetivos de desarrollo sostenible que marca la Organización de Naciones Unidas. Se trata de alinear el diseño de las zapatillas a esos objetivos, por ejemplo, con la reutilización de materiales, la reinserción de esos materiales reutilizados al proceso de fabricación, la biodegradación de los mismos, entre otros», explica.

Sobre cómo desarrolló su emprendimiento cuenta que lo primero que hizo fue averiguar sobre el nivel de sustentabilidad de los materiales y después ir en búsqueda de ellos. «Lo próximo que voy a hacer va a ser aplicar el ecocuero, que está hecho a base de plantas y es biodegradable. Las suelas tienen una proporción de plástico reciclado, que se reutiliza, y también las cajas que son 100% cartón reciclado, entonces son pequeños porcentajes que se van sumando a tratar de llegar al 50% de todo el producto de material reciclable», afirma.

La idea comenzó con hacer zapatillas y, cuando conoció el ecodiseño, lo quiso aplicar. Candela cuenta que la pandemia le revolucionó su manera de pensar. «Estaba abrumada por todos los cambios ambientales que cada vez más se ven en la sociedad, por eso pensé en un desarrollo más consciente», dice.

Cuando se anotó a la competencia de Plan de Negocios, tenía pocas esperanzas de ganar porque todavía no tenía muy desarrollado el emprendimiento. «Me seleccionaron y empecé con las capacitaciones para armar el plan de negocios. Y finalmente, en la última selección de tres emprendimientos, fui elegida primera. Valoré mucho la formación, porque más allá de los premios, me gusta capacitarme. Fue súper completa, trabajé con muchas personas y en paralelo fui aprendiendo cosas que no sabía, más que nada desde el punto de vista ambiental, que era de lo que menos conocía y fue una buena experiencia», señala.

Sobre la importancia de este proyecto en su vida, dice que al principio solo lo tomó como una salida laboral, pero después eso cambió. «Entendí que era una manera de canalizar una frustración mía en la cuestión ambiental, de sentirme pequeña, lo fui pudiendo canalizar de esta manera, y poco a poco voy alcanzando mis objetivos y conociendo más gente que cree en el proyecto, gente capacitada que me está mentoreando y cada vez me está motivando más para proponerme nuevas metas», asegura.

Con su emprendimiento pretende llegar a cualquier tipo de público, por eso realiza zapatillas con variedad de talles extensa. «Después del premio, estoy invirtiendo en más hormas y bases que van del 46 al 48 y con el objetivo final de tratar siempre cambiar los hábitos que tenemos con la moda, que es rápida y desechable, tratar de dejar atrás ese concepto», finaliza.

Byta Mercado Libre de Plástico: el primer mercado 100% a granel

Rosa, o más conocida como Rosita, es la fundadora de Byta, que significa “cambio” en sueco, y es el primer mercado libre de envases plásticos de Rosario 100% a granel, que vende en su punto comercial en Callao 1672 y a través de su página web.

«Byta surge como un emprendimiento de triple impacto: ambiental, económico y social, si bien empieza como un proyecto unipersonal, tuve la fortuna de armar un hermoso equipo de trabajo. Está gestionado por mujeres potentes: Paula, que está a cargo del área de impacto y de formación y capacitación; Delfina es la ingeniera ambiental; Olivia es nuestra comunicadora, y recientemente se sumó Valen que es la persona que está cargo de las cuestiones operativas y cuestiones propias del local. Este es nuestro equipo de trabajo», cuenta.

Byta busca fomentar el consumo consciente y la producción responsable. «Nosotras tenemos como objetivo reconfigurar los hábitos de consumo de los rosarinos y las rosarinas. Nuestra propuesta es que tomemos consciencia de la importancia de nuestras acciones cotidianas y de que los pequeños gestos, los pequeños cambios, generan grandes impactos. Por eso trabajamos todos los días por la circularidad de la economía, por el comercio de proximidad, y sobre todo por poner el valor el trabajo de muchísimos emprendedores y emprendedoras de Rosario, que creo que es lo más importante que tiene Byta, su cadena de valor», dice.

Para las emprendedoras de Byta hay un cambio de paradigma. «Creo que somos las nuevas generaciones, tanto centennials como millennials, que comprendimos la gravedad de la crisis ecológica, que creemos que es un escándalo ético y que somos parte del problema, pero también somos parte de la solución, y por eso hacemos esta propuesta de producción y consumo responsable. Cada día son más y más las personas que se acercan a nuestro punto de venta, con sus contenedores, con sus envases, que intentan disminuir al máximo residuos y desechos a la hora de consumo minorista. Hoy los números son muy alarmantes, más allá de los kilos de desecho que producimos, casi la mitad de los residuos de la ciudad están dados por el consumo de alimentos minoristas. Entonces es importante modificar la manera, no podemos dejar de consumir alimentos, pero podemos cambiar la forma en lo que lo hacemos, podemos dejar de consumir productos envasados en plástico o que tengan una trazabilidad muy alta, una huella de carbono importante. A todas las personas les digo, vayan a su comercio de proximidad, vayan a su almacén de barrio, propóngale a su fiambrero amigo que coloquen el fiambre en un tupper, o en la carnicería lo mismo, eso ya es un impacto importantísimo, siempre decimos en Byta, no tenemos que ser un puñado haciendo cero residuos a la perfección, tenemos que ser miles de millones haciéndolo de manera imperfecta y ahí veremos el cambio realmente»,

Sobre la competencia de planes de negocios de la Municipalidad, Rosa dice que las formó muchísimo. «Realmente lo recomiendo para quienes tengan la oportunidad, nos enteramos por el sitio web y las redes, y la verdad que tiene muy buena visibilización. El año de capacitación fue súper intenso, fueron clases virtuales en las que aprendimos muchísimo sobre metodologías ágiles, con las formas de armar las evaluaciones financieras de nuestro negocio, con cuestiones de redes, de marketing, cuestiones que tienen que ver con lo comunicacional, con posicionar nuestro producto, nos sirvió también mucho para acrecentar la red de nuestras relaciones, de hecho la persona que ganó el primer premio, Candela, hace algo fantástico, también los chicos que salieron terceros. La verdad que se armó un grupo de trabajo muy interesante y estamos muy contentas que hayan reconocido nuestro trabajo. Este es un espacio de mucho aprendizaje y de mucho fortalecimiento, y nos ayudó para consolidar nuestro emprendimiento, sin dudas», menciona

Para ellas, Byta es la apuesta por la reconfiguración de los hábitos de consumo y es la propuesta que tienen desde sus profesiones para incentivar a otras personas para que también produzcan y consuman responsablemente. «Nuestro deseo para el 2023 es que además de crecer, tomemos conciencia de la importancia de los pequeños hábitos. Por eso, que Byta significa cambio, sobre todo cambio del chip que tenemos cada uno y cada una de nosotras», finaliza.

Reductane: la startup de aditivos alimenticios naturales a base de algas

Fernán Gizzi es licenciado en Biotecnología y junto con sus colegas Alan Blanc y Gonzalo Martínes Peralta, y la antropóloga Alexandra Acosta formaron un proyecto para presentar a la competencia de Planes de Negocios llamado Reductane.

«Nuestro emprendimiento plantea el cultivo y comercialización de algas para la mejora de la producción del ganado, particularmente en bovinos. Nuestra idea es mejorar la salud de los animales, mejorar su crecimiento y evitar la contaminación que tiene el actual modelo de producción. Las vacas producen un montón de gases contaminantes y entonces la idea es que a medida que se alimenten con nuestro producto, vamos a reducir esa emisión y aumentar la cantidad de carne que producen», explica Fernán.

El biotecnólogo cuenta, también, que con Alan y Gonzalo fueron compañeros de la facultad y que después cada uno se especializó en distintos temas, pero cuando vio la posibilidad de presentarse a la competencia, pensó en la posibilidad de volver a trabajar juntos, sumando la perspectiva de una antropóloga.

«En Planes de Negocios tuvimos diferentes capacitaciones que nos sirvieron para crecer en las áreas que no estábamos formados. Nosotros somos fuertes en ciencia y técnica, pero no tanto en otros temas, por eso aprendimos a partir de talleres de oralidad, de calcular costos, de ver exponencialmente cómo se genera una empresa y de presentarla de manera atractiva a diferentes tipos de inversores. La verdad que nos resultó genial porque fue nuestro primer paso con este emprendimiento y esperamos que en el futuro sigamos creciendo y sigamos aprovechando estas oportunidades que nos da la Municipalidad», dice.

Sobre pensar en un emprendimiento que mitigue los efectos del cambio climático, Fernán asegura que las nuevas generaciones ya tienen una idea de producción amigable con el ambiente. «Entonces empezamos a buscar problemáticas que podamos resolver, luego hicimos una búsqueda bibliográfica de qué soluciones podríamos aplicar y con todo esto armamos el plan de negocios que fue lo que presentamos en la competencia. Creo que la nueva generación de científicos busca soluciones sustentables a diferentes tipos de problemas. En el instituto (IBR) hay muchas propuestas y todas tienen que ver con una solución que pueda aplicarse sin contaminar el ambiente o resolviendo las contaminaciones actuales, entonces es una cuestión generacional pero también es una respuesta a problemáticas mundiales que han surgido en los últimos años», señala.

Acerca de los objetivos para el año que comienza, desean formar un equipo que tenga diferentes aptitudes e incluso se sumará una profesional en marketing y administración de empresas que conocieron en la competencia, que les aportará conocimiento para sus redes sociales. «Queremos seguir compitiendo en otros tipos de concursos como el de Planes de Negocios del Instituto Balseiro, asociarnos con fondos de inversión para que nos aconsejen y nos guíen para crecer», cierra el biotecnólogo.